miércoles, 29 de diciembre de 2010

Negro & Blanco.

Hoy caminaba tranquila por las calles soleadas y te vi. Te imagine en mi mente, tan perfecto con todos tus detalles, tus ojos color miel, tu piel blanca, tu cuerpo delgado y tu enorme y atractiva sonrisa. Me llene de recuerdos, me hundí una vez mas en las horas que viví junto a vos. Sonrisas y lágrimas nacían y morían en mi rostro. No entendía bien que me estaba pasando… solo sabía que era muy extraño, cada paso que hacia pensaba que estabas detrás de mí observando como me iba, como tantas veces lo hice yo con vos. Mis oídos escuchaban una dulce y calma melodía pero tus palabras estaba ahí en el medio intentando matarme, es increíble que sean tan hermosas y que duelan tanto. Sentía tu respiración en mi cuello y tus manos abrazando fuerte mi cadera. Te vi como intentabas amarrarte a mi alma y como descargabas tu furia en los besos que me dabas. Recordar fue tan raro, quiero decir, recordarte no es lo raro, sino la manera en que lo recordé. Estaba todo en negro y blanco, fue y es demasiado triste ver lo que estuve con vos de esa manera tan... tan trágica. Lo que es mas curioso aun, es el por qué. Es lo que intento averiguar, pero todo es tan confuso en este momento… Creo que puede haber varias razones… ¿Será por qué todo fue tan rápido y nunca logre decirte adiós? O tal vez puede ser porqué cuando te fuiste una parte de mi marcho contigo y nunca te diste la vuelta y me devolviste, lo que ya hoy siento que no te pertenece. También debe ser que nunca sentí que lo que yo te daba era suficiente para calmar el ardor que corría en tus venas. Se nota en mis recuerdos lo mucho que te brinde y lo poco que recibí a cambio. Pero esta bien, no estoy acá par reclamar ni para guardarte rencor. Solo estoy acá intentando averiguar el porque de la falta de color. Siempre intente ser lo mejor, de darte hasta lo que no tenía y llenarte de algo que para mi era y es amor. Nunca mi intención fue lastimarte, es mas, mi objetivo era desear que junto a mi puedas olvidar tu pasado, sanar tus cicatrices y que ambos miremos juntos a un mismo punto, que caminemos de la mano esperando un nuevo amanecer y que de una vez la felicidad bendita se hunda en nuestros espíritus sin dejar lugar para el odio y el dolor. Eso es lo único que quería y que siento que jamás podré cumplir, al menos con vos. Y es lo mismo que hoy me recordó que se llevo todos los maravillosos colores que viví a tu lado.